jueves, 27 de marzo de 2014

Mi Tio, Mi Tia y Yo Travestido Parte 4 (Final)




AUTORA: JEZZICA CD



Hola otra vez a todos,

Espero que halláis disfrutado leyendo mis tres anteriores relatos, tanto como yo he disfrutado escribiéndolos.
Ha modo de resumen para los que no sepan de que va la historia, estos relatos tratan de las inmensas fantasías que hemos hecho realidad, mi tío, mi tía y yo.

Después de liarme con mis tíos, de hacer que me follara el empleado de una gasolinera y dejar que me sodomizara totalmente un buen amigo de mis tíos (y ahora mío), cada vez me sentía mas puta y femenina y pasaba todo el día cachonda y deseosa de sexo masturbándome hasta tres y cuatro veces al día.

Pasaron dos semanas en las que mis tíos no estuvieron en Madrid, porque tuvieron que viajar a Barcelona urgentemente por un tema de negocios, siendo imposible por mi parte el acompañarlos, así que os podéis imaginar como estaba.

El sábado me levante temprano mas cachondo que nunca, comencé a pajearme pero tenia ganas de hacerlo como chica y debido a que en mi casa no tengo nada de ropa por temor a que mis padres me descubran, me fui para la casa de mis tíos, ya que desde el ultimo polvo que tuve con ellos, me habían dado una copia de las llaves para que entrara y saliera cuando me diera la gana.

Llegue a casa de mis tíos, que para mi es el paraíso terrenal ya que allí se respira olor a sexo nada mas entrar. Puse una de las cintas porno caseras de mis tíos y me senté en el sofá para prepararme un canutillo.

Mientras me lo liaba, en la tele aparecía mi tío sentado en un sofá, viendo como dos hombres maduros se follaban a mi tía mientras el se pajeaba cachondo perdido, hasta que cuando estaban a punto de correrse los dos se van para mi tío y comienzan a correrse en su cara y en su boca mientras lo insultan y el tiene un orgasmo como una perrita sodomizada.

Termine de liarme el cigarrito, lo encendí y me fui al dormitorio de mis titos. Abrí el armario y me puse a elegir cuidadosamente la ropita que me pondría para mi día de sexo en soledad como Jezzica.

Escogí unos pantaloncitos vaqueros ajustados, de talle bajo, estrechos hasta las rodillas y a partir de ahí una gran campana y un cinturón ancho con un gran aro plateado como hebilla . Para la parte de arriba escogí una camisetita de tirantas blanca por encima del ombligo y arriba de esto una camiseta de gasa de mangas largas rosa fucsia semitransparente y una chaqueta vaquera entalladita. Me puse un tanguita rosa de raso y un sujetador a juego con sus correspondientes rellenos. Unos zapatitos de puntera y con tacón de aguja plateado. Un par de pulseritas rosas, su collar a juego y como siempre mis queridas argollas grandes de plástico también rosas.

Me senté en el tocador de mi tía y comencé a maquillarme, primero una base para disimular el poco de barba de mi cara, pintalabios rosa fucsia a juego con mis zapatos, camiseta y complementos, ojos perfilados, pestañas negras, rabillo alargando mis ojos y sombreado rosa. Esta vez escogí una peluca morena, de pelo lacio, cortita justo por debajo de mi cabeza y con un largo flequillo.