miércoles, 15 de enero de 2014

Mi Tio, Mi Tia y Yo Travestido Parte 2




AUTORA: JEZZICA CD


Como recordareis de mi anterior relato, mis tíos y yo hicimos realidad nuestros sueños de pasarlo muy bien juntos y a partir de entonces las fiestas que se fueron sucediendo no dejaban lugar a la fantasía.

Después de pasar un fin de semana de locura en medio del mar, tuvimos que volver por desgracia a nuestra vida habitual, claro que mientras que íbamos de Alicante a Madrid en coche, mis tíos se encargaron de que el camino se hiciera más ameno.

Nada más salir de Alicante, mi tío comenzó a conducir y mi tía y yo nos fuimos a la parte de atrás del coche. Mi tía como ya os he dicho es una puta insaciable y nada más comenzar el viaje, me agarro de los pelos y me acerco para que le comiera las tetas, mientras yo estaba come que come, mordiéndole los pezones y magreandole el coño por encima del pantalón blanco que llevaba, ella se distraía en meterme un par de deditos en el culo sin problemas, ya que entre la polla de mi tío y los consoladores de mi tía metidos todo el fin de semana, mi culo parecía no tener fin, en eso estábamos mientras mi tío no dejaba de mirar por el espejo y frotarse la polla con el espectáculo que le estábamos dando, hasta que no pudo aguantar más y le pidió a mi tía que por favor condujera ella, para el también poder disfrutar con mi boca. 

Mi tía se dio cuenta de mi cara de deseo y dijo que aceptaba conducir ella, siempre y cuando yo me transformara en Jezzica antes de comenzar la fiesta con mi tío. A mí la verdad es que me daba un poco de vergüenza pensar en ir travestido en el coche y que alguien me pudiera ver, pero ellos insistieron mientras mi tío me ensañaba su nabo apuntando al cielo y yo no pude menos que acceder a su petición. Paramos en una gasolinera y mientras mi tío compraba algunas cosas, mi tía y yo nos fuimos al servicio de señoras, la vergüenza que pase al principio teniendo que entrar y que me pudiera ver algunos de los que allí estaban fue superior, pero también la excitación comenzó a ir en aumento de una manera sorprendente. Pues bien, entramos en los servicios y mi tía saco de la bolsa que había cogido del coche con las ropitas que tenían para mí.

Me sorprendió que a pesar de haberme travestido con multitud de ropas en el fin de semana, no hubiera visto el conjuntito que había sacado y que según mi tía, había dejado guardado para una ocasión especial como esta.

Primero me dio unas braguitas blancas con muñequitos de colores de las supernenas, cosa que me choco porque no sabía todavía de que iba el tema, luego un sujetador de colorines con los mismos muñequitos. Aunque no lo creáis llega a ser muy excitante ponerte esas ropitas interiores tan inocentes e infantiles y a la vez tan morbosas. Luego saco un uniforme de colegiala, guauuuuuuu, cuando lo vi no me lo podía creer, nunca había fantaseado con ese tema, pero cuando me imagine vestidita de niñita inocente y comiéndome el pedazo de carne de mi tío me comencé a excitar de sobremanera. Me dio una faldita cortita, azul marina y con pliegues que me quedaba de maravilla y una camisita blanca muy ajustada, de esas que son tan finas que es imposible que no se transparente lo que llevas debajo, que dicho sea de paso, a parte del sujetador de colorines, llevaba un relleno para la ocasión, que era una réplica de unas tetitas adolescentes. Pequeñitas, con forma puntiaguda y unos pezones muy pronunciados y grandes, acabados en pico totalmente. Una corbatita azul marina a juego también con la falda y una peluca rubia con mechas, de pelo liso, que mi tía se encargo de preparar con dos coletas a cada lado. Unos calcetines altos blancos y unos zapatitos negros sin excesivo tacón, ya que la intención era parecer una colegiala lo máximo posible.