lunes, 22 de septiembre de 2014

Mi 1º Relato




AUTORA: SANDRA LIZALDI


Estaba terminando de afinar los detalles, dando los últimos toques al maquillaje, todo tenía que ser perfecto, lo había venido planeando desde hacía varias semanas, nada podía salir mal. O eso creía yo, pero no hay que adelantarse en la historia, no es necesario, todo a su tiempo.

Pues bien, estaba terminando de arreglarme. Esa tarde estaba estrenando el último atuendo que me había confeccionado especialmente para este encuentro, a petición de, Amando, llamémosle Armando. Era una minifalda azul claro y una blusa ajustada a tono, zapatillas color cereza, un coordinado de tanga, liguero y bra de encaje blanco, medias de red y el cabello negro a media espalda; sin querer ser arrogante he de decir que me veía sumamente sexy.

Terminé de maquillarme y me miré unos instantes en el espejo; lucía hermosa. Ahora si estaba perfecta  justo cinco minutos antes de la hora que habíamos pactado.

Armando y yo nos conocimos en twitter, una noche en que estaba subiendo fotos mías apareció un chico que de la nada comenzó a dar RT a todos mis posts y comentaba las fotos de una manera linda y pícara, cosa que siendo honesta llamó mucho mi atención.

Justo por esos días estaba buscando un encuentro con una pareja para realizar un Ménage A Trois.
Antes de continuar creo que es justo que me describa, soy delgada y de mediana estatura lo que me permite utilizar diversos atuendos que reafirman mi figura y resaltan lo que más me gusta resaltar, mi redondo, apetecible y respingón trasero. Soy morena clara y una vez completada la transformación soy una chica muy femenina y bastante linda tanto de cuerpo como de rostro.

Estaba yo un tanto nerviosa, era la primera vez que  hacia algo parecido, - hablando de reunirme con una pareja ya que anteriormente había tenido encuentros con chicos solos, muy desafortunados por cierto, pero después contaré alguno de ellos.

Como les decía. Ya estaba lista, fumando un cigarrillo y sentada en la cama mirando una película porno bastante mala cuando sonó la puerta. He de decir que me quedé helada y un hormigueo comenzó a subir desde mis pantorrillas hasta la nuca, miré el reloj y este indicaba exactamente la hora en que habíamos acordado vernos, era poco común tanta puntualidad, cosa que me agradó de sobre manera.

Me levanté y caminé hacia la puerta, estaba ansiosa por recibirlos y el corazón me latía a mil por hora, sentía que se saldría por mi pecho en cualquier momento.

Al abrir me encontré solo con Armando.

- ¿Puedo pasar? – preguntó

Yo me quedé de una pieza, sin saber que contestar solo atiné a responder. Seguro, pasa y ponte cómodo.
Una vez que había pasado asomé la cabeza por la puerta pero no había nadie, solo una mucama metiche que no dejaba de mirarme, pero no había señales de la acompañante de Armando.

- ¿Vienes solo? – Pregunté

- Si, ab, mi novia no pudo venir – balbuceó por respuesta.

Me le quedé mirando un instante, en verdad era un chico muy apuesto, delgado de ojos claros, mandíbula varonil y tenía un lindo cuerpo, atlético le dicen ahora, durante el tiempo que lo miré no presté atención a lo que me decía, me explicó algo de la novia pero en ese momento no me importaba nada de lo que tuviera que decirme, solo quería mirarlo.

- Bueno ¿y qué propones? -  me apresuré a preguntar

- Pues te doy lo que acordamos y olvidamos el tema, como te decía no creo que mi novia acceda, y pues tampoco quiero hacerte perder tu tiempo, discúlpame.

- Entiendo, no te preocupes, sé que de repente es complicado dar un paso de este tamaño, además no todas las personas son tan extrovertidas o tan abiertas como para acceder a algo así, pero no te apures, igual más adelante. – Respondí. 

He de mencionar que me sentía sumamente decepcionada debido al fracaso total de la cita, no solo porque había cancelado un viaje con unos amigos, sino porque en verdad tenía ganas de pasar un rato sexoso y caliente como me lo había imaginado desde que empezamos a planear todo.

Durante dicha planeación Armando y yo intercambiamos fotos, nos vimos por web cam y en un par de ocasiones tuvimos cibersex por lo que medianamente nos conocíamos y yo sabía del delicioso caramelo que tenía entre las piernas y quería comérmelo a como diera lugar así que me decidí a no arruinar mi noche de fin de semana.

Armando sacó la cartera y me extendió un billete, y tras mirarme un par de segundos me dijo.

- Te doy completo el costo de la habitación y un extra para que cojas un taxi de regreso, es lo menos que puedo hacer después de cancelarte a la mera hora.

Tomé el billete y lo arroje sobre el tocador

- Gracias. – respondí – pero ¿Por qué no te sientas y charlamos unos minutos? O acaso ¿Tienes prisa? Podría desnudarme si eso te pone más cómodo. Y solté una carcajada para desbaratar el nudo que se había formado en el ambiente.

- Si, me gustaría charlar un rato, te lo iba a pedir pero no sabía cómo - respondió con el rostro ruborizado y una enorme sonrisa en los labios.

- Pues así de fácil, con que me dijeras que quieres charlar basta.- Respondí guiñando un ojo. Ambos comenzamos a reír de una manera muy amable.