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sábado, 24 de diciembre de 2016
jueves, 17 de noviembre de 2016
Como naci
Autora: Monica |
Desde que tengo uso de razón recuerdo que me atraían mucho las prendas y ropas de mi hermana, ella era un año y poco mayor que yo; cuando ella se iba a casa de alguna amiga a jugar yo me metía en nuestra habitación (compartíamos la misma habitación) y me probaba sus vestiditos por encima de mi ropa, eso era al principio, luego solía ponerme sus zapatos, mas adelante me ponía sus ropas e incluso su ropa interior, hasta llegar el día en que me vestía por completo como mi hermana; mis padres no sospechaban que yo pasase tanto tiempo en la habitación porque nunca he tenido muchos amigos y pasaba mucho tiempo en mi casa jugando con mis juguetes de niño, aunque más de una vez estando vestida de chica e jugado con las muñecas de mi hermana.
Cuando yo tenia unos once años nuestros padres nos dejaron una tarde solos con nuestra abuela, mi hermana se enfado mucho porque se quería ir a casa de una amiga a jugar y no la dejaron por lo que se fue a la habitación, yo fui para allá y me dio mucha pena ver a mi hermanita llorando y le dije que si ella quería yo jugaba con ella a las muñecas, a lo que me respondió que no es lo mismo jugar con un chico que con una chica, entonces me di la vuelta para irme cuando se me ocurrió decirle que eso se podía arreglar vistiéndome yo de chica, ella me miro con una pequeña sonrisa como diciendo "tu estas tonto o que?" y dijo "bueno por probar", se levanto del suelo y de su armario empezó a sacar todo lo necesario unas braguitas, una camiseta, unos leotardos, una falda de cuadros tableada que me encantaba, una blusa blanca con unos dibujos bordados y unos zapatos negros de charol con una moña muy bonitos, yo le dije que se saliera para cambiarme y ella me contestó que somos hermanos y no había porque tener vergüenza, cuando me estaba poniendo los leotardos vio mi torpeza y me dijo como me los tenia que poner. Cuando termine me paré delante y le pregunté que le parecía y me dijo que me faltaban unos detalles y me puso una diadema roja y unos pequeños pendientes de clip, una vez puestos me miró de arriba abajo y me dice " te ves muy bien hermanito, bueno perdón hermanita" cuando me dijo eso yo me sentí muy feliz, "ahora te tengo que buscar un nombre porque mi hermana no se puede llamar Ma...... (prefiero no dar mi nombre de varón) que te parece Mónica" me gusta le dije yo, y pasamos toda la tarde jugando como dos buenas hermanas.
martes, 15 de noviembre de 2016
domingo, 13 de noviembre de 2016
jueves, 10 de noviembre de 2016
miércoles, 9 de noviembre de 2016
jueves, 3 de noviembre de 2016
miércoles, 2 de noviembre de 2016
jueves, 20 de octubre de 2016
sábado, 24 de septiembre de 2016
Como conoci a mi Macho: Nos vamos de puente 2
AUTORA: PATRICIA CD |
Durante el trayecto Sergio me conto que tenía muchas ganar
de ir a comprar al sex shop con migo, era una fantasía que le daba morbo, la de
ir con una nena a por juguetitos a ese tipo de locales ya que en el fondo
estaban pensados como templos para la mujer por su erotismo y el ambiente que había
en aquellos lugares.
Entramos a la tienda, yo tenía una mezcla de morbo y miedo
pero la compañía de Sergio me daba confianza. Sergio me dijo que lo primero que
quería para mí era un buen consolador para que no echara de menos su polla.
Escogimos un consolador realista inspirado en un actor porno, me encanto la
foto de uno de un tío de unos 30 años que estaba muy fuerte y musculado, su
polla no era muy larga 16 cm pero si era gorda con veas marcadas y u buen
capullo, costaba 50 uros así que la echamos al carro. Lo siguiente que quiso
comprar Sergio fueron unas bolas chinas. Me gustaron unas de plástico doradas así
que las unimos a la cesta de la compra junto a el clásico dildo negro decorado
con un diamante de plástico en su base, aun faltaban casi 200 euros.
Fuimos en busca de un buen lubricante y encontramos uno anal
que además llevaba aceites afrodisiacos era un poco caro pero Sergio me dijo
que este sería uno de los potingues que tendría que ir siempre en mi neceser y
para terminar la compra pensamos en algo de ropa sexy. Vimos un disfraz que me
encanto de marinera era un pantalón hasta la cintura con botones de color azul,
un top ajustado blanco con un lacito rojo y blanco en el escote junto a un
gorrito de marinera, aparte vendían unos tacones a juego azules con ribetes
blancos y la punta del zapato de color rojo. Era monísimo así que fue lo último
que compramos en total gastamos un poco mas de 200 euros así que el resto ya de
dinero ya se lo quedaba Sergio para otras cosas.
Se acercaba la tarde y tocaba realizar la otra parte del
plan comer fuera de casa e ir después de comprar al supermercado para llenar la
nevera de casa, volvimos al centro comercial y decidimos ir al vips ya que a mí
me atraía el nombre de ese establecimiento. Pedimos lo típico unos entrantes,
un plato principal y un postre. Mi morbo por estar vestida junto a Sergio en público
y en un centro comercial seguía existiendo, pero dentro de mí notaba como todo
se iba normalizando, bien vestida y maquillada además de estar en otra ciudad a
cientos de kilómetros de mi casa ayudaba bastante.
Mi menú fue ligero una ensalada cesar y una lasaña de
verduras por que como buena mujer tenía que guardar la línea, de postre me tome
una new york chessecake ya que una nena no se puede resistir a los dulces.
Sergio y yo nos tomamos in café y el pago la cuenta con el dinero que había
sobrado del presupuesto de la mañana. Salimos del restaurante y fuimos hacia el
supermercado allí cogimos un carro y empezamos a hacer la compra: comida,
bebida y algún producto de limpieza fue lo que cogimos y por supuesto esa
compra la page yo.
viernes, 2 de septiembre de 2016
Como conoci a mi Macho: Nos vamos de puente 1
AUTORA: PATRICIA CD |
De nuevo empezaba una larga semana de trabajo y cinco días
al menos sin volver a ver a Sergio, al menos dentro de poca venia un puente
nacional y tendría varios días para descansar en casa. La semana se me hizo
larga, deseaba que llegara el fin de semana para volver a la casa de mi macho,
me estaba enamorando y es que Sergio me hacía sentir una puta total además de
verme recompensada satisfaciendo las necesidades de un buen macho.
El miércoles cambio por completo mi estado de ánimo, no me podía
creer lo que Sergio me proponía para el siguiente fin de semana, como el
siguiente lunes y martes eran fiesta nacional. Sergio había reservado un chalet
a las afueras de Gandía, el plan era el siguiente, salir el viernes por la
tarde para llegar a la casa de madrugada y marcharnos a descansar. El sábado empezarían
nuestras vacaciones allí, el sábado iríamos de tiendas para comprar cosas para
nuestros cuatros días en la casa y de paso para que yo fuera de compras para
aumentar mi armario y a la noche salir de fiesta, el resto del viaje Sergio
dijo que ya iría improvisándolo según la marcha, pero que tenía alguna cosa más
pensada que todavía no me quería desvelar.
Aparte puso un enlace de la casa, era un chalet recién
reformado con una decoración modernista con un cierto toque lujurioso, tenía
dos plantas aparte de un jardín con su correspondiente piscina. Yo no me lo podía
creer, cinco días fuera de casa con Sergio, por mi misma comprendía que allí no
me conocería nadie y podría salir a la calle vestida de nena, tenía mis dudas
pero sabía que con la compañía de Sergio todo sería mucho más sencillo. Rápidamente
le conteste, dije que ya vería como me escaparía de casa por tercer fin de
semana consecutivo, pero que yo ya tenía libertad para hacer lo que quiera y
por eso en casa no me iban a poner muchos problemas pero que si iban a
sospechar un poco.
Sergio me contesto el email en el mismo día, me daba cita en
su casa el viernes a las ocho de la tarde y que debía llevar una maleta con mi
ropa de nena y mis cosas de chica a la que yo le conteste que estaba de acuerdo
y que el viernes a las ocho en punto estaría en la puerta de su casa.
martes, 23 de agosto de 2016
Como conoci a mi Macho: Segunda Cita
A lo largo de la semana, no podía de dejar de pensar en
lo ocurrido, en el mejor fin de semana de mí en la casa de Sergio, me hizo
sentir una nena más bien toda una putita y eso me encantaba, me sentía súper a
gusto a su lado.
Durante la semana pudimos hablar dos días por el skype
y el seguía igual de morboso que siempre, hablamos de lo ocurrido, que ambos
quedamos bastante satisfechos (yo creo que más que él), también fantaseamos y
quedamos en que había que repetir.
El segundo día que quedamos para hablar por skype ya
fue para quedar ese mismo fin de semana, lo malo es que el viernes noche Sergio
estaría ocupado ya que había quedado con sus amigos. Así que quedamos para el sábado
por la mañana.
Yo entre semana había aprovechado para ir a la tienda y
perder mis vergüenzas para conseguir algo de ropa para la ocasión, compre unas braguitas
y sujetador negros y blancos a juego, un pantaloncito cortito poco ajustado
pero que si marcaba culito de color marrón y una blusa blanca. Al pagar me dio
un poco de miedo pero la verdad es que fue muy morboso ir de compras y mas
sabiendo para lo que iba a ser.
Llegue al piso de Sergio llame al telefonillo y rápidamente
subí a su casa, Sergio abrió la puerta y entre, el llevaba vaqueros y una camisa
ajustada.
Comenzamos a hablar mientras tomábamos una cerveza mañanera, hasta
que Sergio dijo que fuera a su habitación, fuimos hasta allí y sobre la cama había
un vestido precioso súper ajustado y muy cortito de color rosa junta a él un
conjunto de suje y tanguita blanco con medias a juego y unos taconazos rosa.
Sergio me dijo que me lo pusiera y se fue al salón, yo
me desnude y comencé a ponerme toda esa ropita, primero el tanga, después el
sujetador, las medias y por fin ya el vestido rosa que casi no me entraba pero
que me hacia unas curvas increíbles y me subí a los taconazos rosa. Camine hacia
el baño y al verme en el espejo no lo podía creer, tenía una figura
superfemenina y el vestido me marcaba un culazo increíble. Comencé a
maquillarme y me puse mi peluca rubia y fui hacia el salón.
Allí estaba Sergio completamente empalmado viendo el
televisor “Vaya show patricia, estuve viéndote como te cambiabas, puse una cámara
y te grave, mira ven”.
Yo me acerque y me senté junto a él en el sofá, estaba
completamente empalmado, aquella polla gorda y venosa volvía a estar a mi lado
y me ponía muy muy perrita. Me veía en la tv de Sergio, me ponía toda la ropita
y después me maquillaba. Sergio se levanto y dijo que me diera una vueltecita
por el salón y así lo hice, camine a lo largo del salón mientras Sergio se
tocaba esa polla curvada, el ver esa imagen me emputecio completamente, en
menos de una hora ya había sacado a la putita que llevo dentro.
Sergio me dijo que paseara por la casa, mientras él me iba
siguiendo mientras se pajeaba y en la habitación de invitados me dijo que me
arrodillara, puso frente a mí su pollon y comenzó a pajearse frente a mí. A
veces me daba in golpe con su polla en mi carita de nena y en ese momento Sergio
dijo unas palabras que llegarían a lo más
profundo de patricia además viendo como se seguía machacando ese pollon Sergio
dijo:
sábado, 20 de agosto de 2016
Como conoci a mi Macho: Primera Cita 2
AUTORA: PATRICIA CD |
A la mañana siguiente me desperté junto a Sergio con mi camisón morado, me mire al espejo que había frente a la cama y me vi reflejada en el, aun conservaba mi maquillaje de ayer y la peluca rubia. También vi a Sergio con una erección tremenda cuando me dijo:
-
Que sexy estas con ese camisón
-
Jijiji gracias y tu ¿vaya despertar?
-
¿Te gusta? Pues todas las mañanas es así pero creo que esta vez no me voy a
tener que masturbar.
Nos miramos y los
dos sonreímos, yo no lo dude y me abalance hacia su polla, no todos las mañanas
se tiene la oportunidad de comenzar el día mamando, y comencé a chupársela,
primero a lametazos para después metérmela poco a poco en mi boca.
Sergio me dijo que
me arrodillara frente a la cama y así lo hice, el se sentó y seguí mamándole la
polla hasta que Sergio dijo “vamos putita sigue comiendo””ahora te voy a dar mi
leche bien calentita así tienes un buen desayuno” tras escuchar esto note 3
eyaculaciones en mi boca mientras se la mamaba a Sergio, deje esa polla dentro
de mi boca hasta que dejo de escupir semen y solo me la saque de la boca para
tragar el rico manjar mañanero esa leche que hoy sería mi desayuno.
Sergio me miraba
como me tragaba su leche y cuando termine me dijo que si íbamos a desayunar y
yo le respondí “que no porque lo acababa de hacer y que ya me había tomado mi
vaso de leche” mientras decía estas palabras notaba como mi garganta estaba
llena de semen que bajaba poco a poco a mi cuerpo y notaba ese sabor tan
peculiar del semen en mi boca.
Después de que
Sergio desayunara mientras me iba explicando que tenía pensado para hacer a lo
largo del día de hoy.
La idea era que nos
conectáramos a internet y pedir algo de ropita de nena en alguna tienda de
internet y que el iría a recogerla, así que nos pusimos a mirar ropa y Sergio
pensó que teníamos que pedir un conjunto para estar cómoda en casa y otro de
noche más elegante. Así que para estar por casa me pedí unos vaqueros
ajustados, una blusa roja, unos zapatos de tacón bajito rosa para andar por casa
y como lencería un sujetador con braguitas negro todo esto no muy caro por que
en total tenía que gastar unos 100€ que es lo que Sergio tenia de tope en total
me gaste 40€ así que disponía de 60€ para el vestido de noche, encontré uno de
color azul claro ajustado de corte ceñido y que me llegaba poco por debajo de
mi culito según las medidas de la web unos zapatos de tacón alto dorados
mas para salir de fiesta y un suje azul claro con encaje blanco con su tanguita
a juego.
miércoles, 17 de agosto de 2016
Como conoci a mi macho: Primera Cita 1
AUTORA: PATRICIA CD |
Me presento me llamo Patricia y desde mi adolescencia me
siento atraída por la ropa femenina, todo comenzó sobre los 20 años y mi hermana Sonia tenía 18 ella por esa época
empezó a salir por ahí de fiesta con las amigas y fue cuando Sonia se empezó a
comparar pantaloncitos ajustados, top, minifaldas, lencería y todo tipo de ropa
para salir a la calle como se debe de ir vestida.
Poco a poco fui cogiendo lencería a Sonia y un día me puse
un conjunto de braguitas y suja rosa y blanco y tuve una erección instantánea,
no pude evitar masturbarme al sentirme tan femenina con ese conjunto puesto sobre mi piel. Después de eso poco a
poco añadiendo algún complemento mas como un pantalón, un ligero, una blusita
pero con el paso de los años fue a más y con 18 ya les decía a mi familia que
no quería ir al pueblo los fines de semana y por suerte Sonia no pensaba como
yo y ella no se perdía el finde en el pueblo.
Esos findes eran para mi bellísimos, en cuanto ellos se
marchaban yo me iba a la ducha y me echaba mi crema depilatoria y después me
duchaba con el paso del tiempo aprendí a maquillarme, incluso me compre una
peluca barata en una tienda de disfraces. También me compre un conjunto de
medias de rejilla con un corset rojo y negro con tanguita de hilo y por supuesto
unas zapatos de tacón no muy alto rosa chicle por que los que tenía mi hermana
no me valían. Aunque por supuesto la ropa que me valía de mi hermana me la seguía
poniendo, me encantaba robarle la ropa a Sonia jijiji.
Una vez vestida tenía la noche del viernes y el sábado
completo para estar vestida por casa y no salir de allí. Me encantaba pasear
por la casa vestida de nena, entrar en la cocina y preparar algo de comida
incluso sentarme a ver la TV los viernes no me perdía el programa de T5 Sálvame
me hacía sentirme más nena aunque me estaba volviendo un poco choni. También me
gustaba ver porno en el salón y ponía todo tipo de películas pero en especial
las de crossdresser, transexuales y de tías que eran bien folladas por un
macho. Otro de mis vicios era la Web Cam me encantaba que me vieran vestida de
nena y encima por el chat siempre encontraba tíos que me enseñaban su polla y
se masturbaban mientras yo jugaba por mi Cam, los chicos que me excitaban o tenían
buen rabo les pedía que me agregaran al MSN, uno de mis amigos virtuales era
Max un chico que no tenía mala polla además de curvada y torcida para un lado,
eso me ponía a mil y me comportaba como una putita, vamos que con los años me convertí
en una choni algo putilla.
lunes, 15 de agosto de 2016
Mi trabajo como tv (2º parte)
AUTORA: KATY |
Continuando con mi
relato anterior, nos quedamos en que estaba admirando el pene de mi jefe:
Ya que estaba junto a
el, se abrio de piernas y me vio como invitandome a su pene. Me agache un poco,
y comence a acariciarcelo, pasaba mi mano por todo el pene, e incluso le daba
unos jaloncitos.
El se puso de pie, me
subio la falda, y con su mano, coloco su pene entre mispiernas enfundadas por
las medias. Me pidio que cerrara bien las piernas, las cerre, me tomo de las
nalgas con sus manos, y comenzo a moverse com si me cogiera, masturbando su
pene con mis piernas. Yo solo atine a abrazarlo mientras el sobaba su pene en
mi.
De pronto, me comenzo
a besar, nos besamos por largo rato, y cada vez apretaba mas mis nalgas y movia
su pene mas rapido. Empece a sentir mojado entre mis piernas, su cabecita
estaba sacando ese delicioso lubricante de los penes, y en el movimiento, se
quedaba embarrado en mis piernas.
Pasados varios
minutos, se detuvo, con un suave movimiento de su mano, acaricio mi muslo,
haciendome saber que tenia que liberar su pene. Abri un poco mis piernas, y vi
como su pene estaba algo rojito de la friccion. Se separo, y comenzo a quitarse
la ropa. Mientras lo hacia, yo tambien me quite lo que traia puesto, y me deje
solo el teddy con las pantimedias y los tacones. Mientras me desvestia, mire la
parte de entre mis muslos donde habia estado su pene, y note que estaba toda
embarrada de su liquido seminal, y roja tambien de la friccion.
sábado, 13 de agosto de 2016
Mi trabajo como Tv (Parte 1º)
AUTORA: KATY |
Cuando era más
pequeña, me encantaba utilizar la ropa de mi tía. Todo comenzó cuando iba en la
secundaria y todas las tardes llegaba a casa de mi abuela hasta que mi madre
pasaba por mí. Llegaba alrededor de la una a su casa. Mi abuela, salía a
recoger a mis primos a la escuela primaria a las dos. Siempre se tardaba cerca
de una hora en ello, así que yo aprovechaba para entrar al cuarto de mi tía que
aun vivía con ella, y husmeaba entre su ropa. Me encantaba que ella era tan
sensual en su forma de vestir, siempre usaba pantimedias, vestidos, faldas,
tacones, ella siempre se arreglaba muy bien. Cada tarde me pasaba sacando su
ropa y poniéndomela, imaginándome que era ella. Me ponía sus vestidos, sus
medias, incluso su lencería. Me encantaba imaginar que era como ella, y lo que
ella sentía al vestirse.
Ella tenía mucha ropa
interior muy sexy, y varias veces le encontré tanguitas de encaje que se sentían
deliciosas puestas.
Así pase casi toda la
etapa de secundaria, vistiéndome cada tarde con su ropa. Incluso podría decir
que fueron las primeras veces que estuve como tv.
miércoles, 20 de abril de 2016
La segunda vez con Kamy
AUTOR: MARTIN BINARY |
La segunda vez
que visité a Kamy, o Kamilita, como también se hace llamar, iba más tranquilo.
Sabía que iba a encontrarme con una chica que pocos años antes había sido
varón, pero que jamás había sentido el deseo de penetrar con su diminuta minga.
Al parecer, en ocasiones se le empina si siente invadir su ano por un objeto
duro, de grandes dimensiones, que la bombea con brutalidad (aún no sé si
controlada o salvaje), y puede eyacular algo de semen que cae como la gotera de
un tejado, sin fuerza.
Aquella
segunda vez, al subir a pie, me crucé con dos vecinas jóvenes que me miraron
con malicia y a las que devolví una expresión lasciva: de haberse insinuado las
habría penetrado a ambas en el descansillo de la escalera,a la morena de pelo
rizado la habría ensartado mientras le comía la vulva vellosa a la del pelo
teñido de rojo, a la que habría terminado en segundos mientras me excitaba con
la visión de mi semen chorreando entre los muslos de la rizosa. Pero desviaron
la mirada en silencio y yollegué aún más deprisa a la puerta entreabierta del
apartamento de Kamy. Es un habitáculo pequeño y sabía dónde esperaba.Estaba
echada boca abajo en el colchón que tiene en el suelo, bajo una ventana
traslúcida que da a un patio. Al lado, el frasco de crema dilatadora, ya
abierto. Nos saludamos sin que ella cambiara de posición y yo me desvestí con
ansiedad: mi pene estaba morado. Kamilita llevaba puesto un tanga negro que
dejaba hacer cualquier cosa con su esfínter. Cubriendo el torso, una camiseta
corta de color rosa.
—Cuánto
tiempo, mi amor.
Apenas me
excusé. Acaricié su espalda con delicadeza, mientras ella alababa mis manos.
Comenzó a sudar y deslicé mis dedos hacia la parte lumbar de su cuerpo, sin
apenas tocarla, a derecha y a izquierda. Con la mano derecha volqué el frasco
de crema y me unté la mano izquierda. Luego mojé sus enormes nalgas y ella
empezó a menearse con movimientos de hembra, como si pudiera ser penetrada en
una vagina que no tiene. Aparté la cinta del tanga e introduje un dedo seboso
en su esfínter, recorrí con él la parte interna de su ano, las circunvoluciones
de sus músculos, las pequeñas fístulasy los incipientes granitos. Entonces la
niña protestó: ¿sólo un dedo, papi? Mete otro por lo menos. La obedecí y le
introduje una cuña de tres dedos, mientras acercaba mi glande a sus labios,
porque ya me estaba excitando de más. Kamy llevaba la boca pintada de rojo
fuego y la lengua que apareció dentro era de color rosa caperucita. Recorrió la
columna vertebral de mi polla desde el coxis a la cabeza y allí apretó, a la
vez que la envolvía con sus labios gruesos de silicona de calidad. Tuve que
reprimir el deseo.
sábado, 16 de abril de 2016
Kamy, las nalgas del planeta
AUTOR: MARTIN BINARY |
Soy varón estándar, heterosexual con doble vida. Coleccionista
compulsivo de diversas clases de objetos, inanimados los más, tales como
caballitos de cerámica o cartón, tanques de hojalata, estilográficas sin tinta,
sellos antiguos, soldaditos de plomo, figuras de ajedrez e incluso trompos de
madera que ya no uso porque pasé la edad de jugar; pero también colecciono, en
el más absoluto secreto, experiencias eróticas con seres humanos que se prestan
a ello a cambio de dinero: los poseo no más de media hora, abono su servicio
con generosidad y me despido con delicadeza. No los retengo como el siniestro
malvado de El silencio de los corderos. A los tres cuartos de hora de
habernos encontrado, ambos hemos progresado: ellos en capital y yo en fantasía.
A Kamy la elegí como una nueva experiencia en mi subserie de
Crisálidas dentro de la serie Transexuales Prostitutas, la más perversa de mis
colecciones. Fue tan satisfactoria que repetí al menos en cinco
ocasiones, hasta que un accidente laboral llevó a mi glande unas manchas rojas
que requirieron de untados de Canestén y de ingesta de antibióticos para
desaparecer. No volví a llamarla, pero no le guardé rencor: puede pasarle a
cualquiera.
Como transexual, Kamy es el prototipo soñado por el bisexual tipo:
de caderas prominentes duras, redondeadas y suaves como peñas de acantilado,
siempre masajeadas por la mar: inmensas nalgas que parecen un solo volumen
rasgado por una hendidura viva, un barranco angosto, negro, sin sombra de
vegetación que atraviesa la nalga de norte a sur; en su fondo hay un pozo ancho
que no fuerza eyaculaciones porque es horadado con frecuencia por carnosas
mazas africanas de gran diámetro, como ella misma pregona; tales volúmenes
provocan que sus andares sean de matrona portuaria, balanceando el cuerpo con
dificultad, forzado por esos voladizos que suponen las mollas de silicona
adheridas; pero, al traspasar la cadera, ese cuerpo da paso a una cintura de
avispa, como es el tipo de tantas adolescentes obesas de cintura para abajo. Su
pecho es escaso aunque no carece de él y el pezón es rosado y femenino.
sábado, 19 de marzo de 2016
Andrea, mi primera Crossdresser
AUTOR: MARTIN BINARY |
Andrea, mi
primera crossdresser, no era una diva sino una chica de penumbra, era una
crossdresser venezolana que no había ahorrado lo suficiente para ponerse pecho
de mujer pero que poseía el don de parecer una fémina arrabalera como la que
más.
La encontré en Internet, donde se anunciaba como una despreciable perra. La llamé y me dio las coordenadas del callejón oscuro en el que se ponía y su ínfimo precio. Penumbra y bajo coste, lo más alejado de las divas que aborrezco. Además, su voz era de señorita vulnerable a punto de echarse a llorar. Todo a mi gusto.
La encontré en Internet, donde se anunciaba como una despreciable perra. La llamé y me dio las coordenadas del callejón oscuro en el que se ponía y su ínfimo precio. Penumbra y bajo coste, lo más alejado de las divas que aborrezco. Además, su voz era de señorita vulnerable a punto de echarse a llorar. Todo a mi gusto.
Una noche en la que los astros habían espesado mi cerebro llegué a las callejas de los cuerpos de alquiler, en las cercanías de una estación de tren. En la acera de la derecha, ocultas en la oscuridad, una travesti de mandíbula recia y hombros anchos y más allá otra, una muchachita joven, de cuerpo delgado y menudo, con minifalda y piernas firmes de adolescente que practica ballet, las cuales cubría con medias agujereadas como las que llevan las niñas rebeldes. Pelirroja de media melena revuelta. Me confirmó que era Andrea y la invité a subir en mi coche. Se sentó en el asiento del copiloto y me condujo a un aparcamiento iluminado, en el que me ofreció su cuerpo para que hiciera lo que quisiese con él. Yo estaba confuso, soy un hombre respetable incapaz de practicar sexo en un recinto lleno de farolas encendidas y rodeado de edificios habitados por familias decentes. No sabía cómo encontrar una salida al bochorno que me proponía Andrea. Para ganar tiempo, le pedí que se levantara la faldita y me dejara ver. Obediente, se puso de espaldas y me mostró dos nalgas redondeadas que confluían en una raja oscura. No usaba bragas. Me excité de tal manera que ya no podía renunciar a tenerla. Decidimos ir a su casa a pesar de que se triplicaba su precio. Yo tenía el deseo y el dinero así que acepté.
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